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Imagínate el cuerpo humano como una película épica en la que superhéroes y villanos están en constante batalla. En esta película, el sistema inmunitario actúa como el equipo de superhéroes, compuesto por glóbulos blancos y anticuerpos, cuya misión es proteger el cuerpo de enfermedades y amenazas externas como bacterias, virus y otros patógenos (1 y 2).

En este artículo, exploraremos como las proteínas fortalecen a estos héroes internos, asegurando la protección del cuerpo humano, el protagonista de esta historia.

Salud inmunológica y proteínas

Las proteínas desempeñan un papel crucial en casi todas las funciones biológicas, incluyendo la reparación celular, el crecimiento y desarrollo, la producción de enzimas y hormonas, y la función inmunológica (3). En las siguientes cuatro afirmaciones veremos como un consumo adecuado de proteínas, así como otros macronutrientes y micronutrientes, influye directamente en nuestro sistema inmunológico.

  1. La malnutrición influye negativamente en la función de los diversos sistemas del organismo, como el digestivo, el inmunitario y el nervioso (4).
  2. Un alimentación saludable y equilibrada disminuye el riesgo de padecer obesidad, que tiene efectos negativos sobre los componentes del sistema inmune y su función (5 y 6).
  3. Las proteínas son esenciales para la recuperación muscular tras el ejercicio y apoyan la función inmunológica (7).
  4. La salud depende en gran medida del estado de nuestra microbiota (8). Una alimentación inadecuada puede promover que la microbiota se altere creando una situación de inflamación que altera nuestra respuesta inmune (9).

Malnutrición, déficit proteico y salud inmunológica

Obtenemos proteínas a través de la alimentación, las encontramos principalmente en huevos, pescado, carne, legumbres y otras proteínas vegetales, así como en productos enriquecidos como la leche, los batidos, los yogures, etc.

La malnutrición energético-proteica provoca la disminución no sólo de la masa grasa, sino también del tejido muscular, reduciendo la fuerza física y aumentando el riesgo de complicaciones infecciosas que ponen en riesgo nuestro sistema inmune y que suelen ser agravadas por situaciones de anorexia, apatía y pérdida de peso (4). Además, la falta de proteínas en la dieta puede aumentar el riesgo de enfermedades agudas y crónicas como, declive cognitivo, anemia, envejecimiento prematuro, cáncer, enfermedad de Chon, enfermedad celíaca y colitis ulcerosa (4).

Obesidad y salud inmunológica

La obesidad es una inflamación crónica de bajo grado que afecta negativamente al sistema inmune. En condiciones normales, existe un equilibrio entre la producción de compuestos pro-inflamatorios e inflamatorios, pero en la obesidad, este equilibro se ve alterado, afectando progresivamente el funcionamiento de las células inmunitarias (6).

Una alimentación saludable y equilibrada que cubra los requerimientos necesarios de macronutrientes, vitaminas y minerales, y que incluya una variedad de vegetales y frutas, hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables, proporciona beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad (5).

La proteína como recuperador y apoyo para el sistema inmune

La actividad física moderada y regular mejora la salud inmunológica al aumentar la circulación de células inmunitarias y su capacidad para detectar y combatir patógenos. Sin embargo, el ejercicio intenso y prolongado sin una adecuada recuperación puede suprimir la función inmunológica, y aquí es donde las proteínas juegan un papel crucial (7).

Son esenciales para la recuperación muscular y la reparación de tejidos después del ejercicio, ayudando a mantener la masa muscular y apoyando la función inmunológica, especialmente en personas activas. Además, contribuyen a la síntesis de enzimas y hormonas que regulan el metabolismo y el sistema inmunológico (7).

La microbiota intestinal y la salud inmunológica

Existe suficiente evidencia científica que refuerza la importancia de la alimentación para el establecimiento, la estructura y la actividad funcional de la microbiota intestinal, así como estudios que demuestran el papel de la dieta en determinadas enfermedades a través de sus efectos sobre las bacterias de nuestro intestino (9).

Una alimentación inadecuada, situaciones de estrés y/o ansiedad, antibióticos, así como padecer patologías digestivas puede promover que la microbiota se desequilibre creando una situación de inflamación que altera nuestra respuesta inmune y que produce una disbiosis intestinal (8). La disbiosis intestinal es una alteración de la microbiota tanto cualitativa (especies distintas a las habituales) como cuantitativa (menor concentración de sus bacterias beneficiosas) relacionada con enfermedades de todo tipo: gastrointestinales, hepatobiliares, infecciosas, metabólicas, cardiovasculares, oncológicas, autoinmunes, alérgicas, respiratorias y neuropsiquiátricas (10).

Además, la malnutrición proteica tiene efectos nocivos significativos sobre la estructura e integridad del epitelio intestinal, pudiendo ocasionar disfunciones que se traducen en cambios de su permeabilidad (8).

Un equilibro óptimo de bacterias promueve procesos metabólicos beneficiosos para nuestra salud, por ejemplo, fermentar fibras no digeribles para producir ácidos grasos de cadena corta y proteínas para producir aminoácidos de cadena ramificada vinculados con la prevención de diversas enfermedades que ponen en riesgo nuestra salud inmunológica (8).

Mantener el sistema inmune en forma requiere no solo de una dieta rica en proteínas y otros nutrientes esenciales, sino también de la moderación en la actividad física, el control del peso, cuidar el descanso y la prevención de la malnutrición. Un enfoque holístico que integre una alimentación saludable, ejercicio regular y un cuidado integral del cuerpo es crucial para asegurar que nuestros «héroes» internos puedan defender eficazmente el cuerpo contra amenazas externas.

Bibliografía

  1. Incorpora alimentos ricos en proteínas a tu dieta. AESAN. https://www.academianutricionydietetica.org/que-comer/alimentos-proteinas/#Construccion_y_reparacion_de_la_masa_muscular
  2. Instituto Nacional del Cáncer. Diccionario del cáncer. https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/inmunidad
  3. Academia nutrición y dietética. Incorpora alimentos rica en proteínas a tu dieta. 2023. https://www.academianutricionydietetica.org/que-comer/alimentos-proteinas/#Regulacion_del_sistema_inmunitario
  4. La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario. E. Nova, A. Montero, S. Gómez y A. Marcos https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/publicaciones/soporteNutricional/pdf/cap_01.pdf
  5. Organización Mundial de la Salud. Obesidad y sobrepeso. 2024. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight
  6. Blancas-Flores, G., Almanza-Pérez, J. C., López-Roa, R. I., Alarcón-Aguilar, F. J., García-Macedo, R., & Cruz, M. (s. f.). La obesidad como un proceso inflamatorio. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-11462010000200002
  7. Grupo de Trabajo sobre Nutrición del Comité Olímpico Internacional. Nutrición para deportistas. 2012. https://deporte.aragon.es/recursos/files/documentos/doc-areas_sociales/deporte_y_salud/guia_nutricion_deportistas.pdf
  8. Diether NE, Willing BP. Microbial Fermentation of Dietary Protein: An Important Factor in Diet–Microbe–Host Interaction. Microorganisms. 2019; 7(1), 19. doi:10.3390/microorganisms7010019 https://www.mdpi.com/2076-2607/7/1/19
  9. Álvarez-Calatayud, G., Guarner, F., Requena, T., y Marcos, A. (2018). Dieta y microbiota. Impacto en la salud. Nutrición Hospitalaria, 35(6). https://doi.org/10.20960/nh.2280
  10. Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. Modulación de la microbiota intestinal. Uso de probióticos y prebióticos en pediatría. 2023. https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/39_microbiota.pdf
Sandra Lopez Pascual

Dietista-nutricionista d’Alimmenta. Nº Col.: CAT001702